El catedrático de psicobiología de la Universidad de Barcelona y experto en drogodependencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Miguel Sánchez Turet y el psicólogo Antoni Durán, Máster en Drogodependencias, proponen a los padres las siguientes pautas educativas destinadas a prevenir el consumo de estupefancientes entre los jóvenes:
Ser un ejemplo de actuación para sus hijos. Predicar con el ejemplo y cumplir aquello que les exijan a ellos. Malamente podrán prohibirles que fumen, por ejemplo, si ellos lo hacen.
Promover hábitos, normas y límites adecuados que faciliten la responsabilidad y autonomía, evitando caer en contradicciones o incoherencias.
Estimularles para una correcta planificación del tiempo libre y del ocio, de forma que les permita un aumento de la libertad y responsabilidad.
Procurar conocer a los amigos de los hijos y, si es posible, a sus padres. Ese grupo es de gran importancia para iniciarse o no en el consumo de drogas. La pandilla condiciona a sus miembros a seguir sus normas.
Evitar prejuzgar actitudes y conductas. Hay que ser capaces de aceptar los fracasos de los hijos, mostrándoles apoyo y motivándoles a superar las situaciones difíciles.
Evitar registrar sus pertenencias. En principio debe evitarse porque pueden considerarlo como una falta de respeto y un ataque a su intimidad.
Saber conocer los momentos difíciles que puedan atravesar. Será entonces cuando más necesiten de nuestro apoyo y comprensión. Debemos ser capaces de dar respuesta a estas situaciones, evitando que se procuren un apoyo externo a la propia familia.