Es evidente que tras 50 años de vida, hay rasgos que nos han permitido desarrollar una forma de ser, de vivir y de entender la educación y a la que no queremos renunciar.
Como cualquier organización viva, Axular Lizeoa tiene la obligación de crecer, madurar y desarrollarse, y para ello será necesario mantener la iden-tidad y la credibilidad que nos ha permitido subsistir y desarrollar un proyecto maduro y exitoso en el tiempo.
No desprendernos, e incluso fortalecer esas señas de identidad, son un objetivo del presente y un reto para el futuro. La transmisión de los valores que nos caracterizan, el cuidado, la defensa y el amor hacia nuestro idioma y nuestra cultura, y el concepto de lo que es ser euskaldun abierto al mundo, comprometido, cooperativo e innovador deben de marcar nuestra hoja de ruta.
El grado de responsabilidad, implicación y dedicación con la que se ha liderado la ikastola durante estas cinco décadas es algo a mantener y alimentar, ya que de nuestros líderes depende la visión estratégica del proyecto.
Axular Lizeoa nació de unas familias comprometidas que aunaron fuerzas atrayendo e implicando a muchas otras, en favor de una ikastola que no debe de perder nunca de vista el para qué nació.